Todo lo que necesitas saber sobre la protección solar natural

Para empezar, debes tener en cuenta los diferentes rayos que existen y cómo te pueden afectar. Aquí te hacemos una breve síntesis que te ayudará:

• Rayos UVB:

  Causan quemaduras solares y daños directos al ADN, tienen variabilidad diaria y estacional.

• Rayos UVA:

  Penetran más profundamente, causan envejecimiento prematuro y daños indirectos al ADN, y son constantes todo el año.

• HEVL:

  Parte de la luz visible, asociada con el envejecimiento prematuro y la hiperpigmentación, está presente todo el día e incluso en interiores.

Por ello, es importante utilizar una buena crema solar que tenga protección a estos rayos, como nuestra crema solar bio. Su fórmula natural contiene ingredientes con certificación ecológica y vegana, así como filtros 100% minerales que no solo respetan la piel, también el medioambiente. Y, lo más importante, ofrece una alta protección frente a los rayos UVB, UVA y HEVL.

La gran diferencia de los solares que usan filtros físicos o minerales, respecto a los químicos, es que la crema nunca llega a penetrar la piel y forma una capa protectora, por lo que los rayos no llegan nunca a las capas internas de piel y las radiaciones rebotan, lo que significa que es mucho más seguro y eficaz. Por ello, al aplicar un protector solar con filtro físico, la textura es más blanca y cuesta un poco más ponerse morena. Pero recuerda, mejor protección que curación.

También merece especial importancia lo que puedas hacer después de la exposición al sol. Es muy importante hidratar el cuerpo con ingredientes que ayuden a calmar y reparar intensamente la piel aportando una sensación inmediata de frescor. Con este objetivo, hemos diseñado la crema aftersun bio con base de aloe vera, que ofrece los beneficios necesarios para recuperar tu piel después de la exposición solar y tengas una sensación de confort y bienestar.

Además, aquí te ofrecemos algunas recomendaciones esenciales para que puedas disfrutar del sol de manera segura y responsable:

Conoce tu tipo de piel

No todas las pieles reaccionan de la misma manera al sol. Las personas con piel más clara tienden a quemarse más rápido y requieren mayor protección. Identificar tu tipo de piel te ayudará a elegir el nivel de protección adecuado.

Busca sombras naturales

Evita la exposición directa al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más intensos. Busca sombra debajo de árboles, sombrillas o cualquier estructura que te proteja del sol directo.

Viste ropa protectora

La ropa puede ser tu mejor aliada contra el sol. Usa sombreros de ala ancha, gafas de sol con protección UV y ropa de tejidos naturales, como el algodón y el bambú. Existen prendas específicas con protección UV incorporada que pueden ser muy efectivas.

Hidrátate adecuadamente

La exposición solar prolongada puede deshidratarte. Bebe mucha agua antes, durante y después de tu tiempo al sol para mantener tu cuerpo bien hidratado y evitar golpes de calor.

Aliméntate con antioxidantes

Los alimentos ricos en antioxidantes pueden ayudar a proteger tu piel desde adentro. Incluye en tu dieta frutas y verduras como zanahorias, tomates, espinacas y cítricos, que combaten los radicales libres producidos por la exposición solar.

Monitorea tu piel

Realiza autoexámenes regulares de tu piel para detectar cualquier cambio o aparición de manchas sospechosas. Consulta a un dermatólogo anualmente para una revisión profesional, especialmente si tienes antecedentes de quemaduras solares o cáncer de piel.

Como ves, disfrutar del sol de manera segura este verano es posible con las precauciones adecuadas. Siguiendo nuestras recomendaciones, podrás aprovechar todos los beneficios del sol sin comprometer tu salud. Recuerda que la prevención es la clave para mantener una piel saludable y radiante a lo largo de los años. ¡Cuida tu piel, disfruta del sol responsablemente y pasa un verano feliz y lleno de nuevas experiencias!