Uno de los secretos para lucir una piel suave y radiante, no es otro que la limpieza facial. Pero algo que parece tan sencillo, puede no resultar efectivo si no se realiza correctamente. Te contamos algunos de los errores más comunes en la limpieza del cutis para que los evites. ¡Conócelos!
- No lavarse previamente las manos
Parece una obviedad, ¿verdad? Sin embargo, muchas de nosotras pasamos por alto este paso fundamental antes de empezar con la limpieza facial. En una época en la que cada vez estamos más concienciados con la higiene de manos, no debemos descuidar hacerlo también antes de la rutina de belleza. En las manos se acumulan impurezas y suciedad, ¡no dejes que pasen al rostro!
- No hacerlo día y noche
Ya sea por pereza o por falta de tiempo, muchas sólo realizamos la rutina de limpieza facial una vez al día. Limpiar la cara debe ser un hábito que debe realizarse a diario tanto por la mañana como por la noche: al levantarnos porque debemos eliminar las toxinas que se han quedado en la dermis mientras dormimos, y antes de acostarnos porque hay que deshacerse de todas las impurezas que hemos acumulado durante el día.
- Utilizar un jabón no específico para limpieza facial
Lavarse la cara con el jabón de manos o incluso el corporal ¡es un error muy usual! Lo que a primera vista puede parecer un gesto simple y corriente, puede acabar dañando el cutis. La piel de la cara es delicada y por ello requiere un cuidado específico. Es necesario emplear un jabón indicado especialmente para su limpieza, que esté adaptado para todo tipo de pieles y que respete la dermis.
Un ejemplo, es el jabón facial en espuma de Mimesis Sensations. Su espuma sedosa y ligera ejerce una limpieza suave, elimina las impurezas y los restos de maquillaje, y lo mejor de todo, respetando el equilibrio natural de la piel. Al mismo tiempo proporciona un efecto de suavidad y frescura muy agradable para la piel.
El jabón facial está elaborado a base de ingredientes y extractos vegetales, entre ellos el limón y el ácido fítico, que limpian las impurezas y evitan el envejecimiento prematuro. Además, contiene aloe vera, glicerina vegetal y manzana, ¡pura suavidad y delicadeza para limpiar el rostro!
- Secar la piel bruscamente
La piel del rostro es sensible y delicada. Secarla demasiado fuerte con la toalla puede causar irritación y enrojecimiento en la zona. Si, además, lo hacemos rápidamente y con mucha presión, podemos favorecer la ruptura de la elasticidad de la piel. Lo mejor para secarla cuidadosamente con la toalla es hacerlo mediante pequeños toquecitos. ¡Ah! Otro punto importante ¡es que la toalla también esté limpia! Igual que ocurre con las manos, hay que evitar que las bacterias y gérmenes que acumula pasen a tu rostro.
- Lavar con agua caliente
Sí, lo sabemos, lavar la cara con agua caliente ¡es muy agradable! Sin embargo, este pequeño momento de placer puede suponer un error para el cuidado de la piel del rostro. El agua demasiado caliente puede dañar los capilares, eliminar la capa de grasa natural y que aparezca en el cutis enrojecimiento y sequedad. Lo ideal es lavar la cara con agua fría, ¡además de despertarte mejor activará la circulación del rostro!