¿Grasa? ¿Mixta? ¿Con impurezas? ¿Seca? Para poder cuidar la piel correctamente, es fundamental saber de qué tipo es. Y no, determinarlo no siempre es fácil porque entran en juego muchas variantes, sin embargo hay cinco grandes grupos que pueden ayudarnos a descubrirlo y acertar así con los cosméticos que mejor se adapten a ella. ¡Conócelos!
PIEL SECA: FALTA DE HIDRATACIÓN
Esta piel tiene un tono áspero y descamado mostrándose menos elástica y con más tirantez, debido principalmente a que no produce tanta hidratación natural y fabrica poca grasa, indispensable para formar el manto protector cutáneo. En muchas ocasiones, la piel seca tiende a sufrir picazón y suele reaccionar fácilmente a los factores ambientales externos.
Su cuidado necesita enfocarse principalmente a combatir la deshidratación, pero hay más:
- Elige cremas que incluyan en su formulación ingredientes hidratantes, como por ejemplo el ácido hialurónico.
- Realiza una limpia extrasuave pero siempre sin enjabonar ni frotar.
- Recuerda hidratarte también por dentro bebiendo 2 litros de agua al día.
- Utiliza siempre cremas de día con factor de protección solarPiel mixta, ¡un 2 en 1!
PIEL MIXTA, ¡UN 2 EN 1!
Es una combinación de una piel normal-seca y grasa: por un lado muestra un aspecto brillante con tendencia a desarrollar pequeñas impurezas, especialmente en la llamada zona T (frente, nariz y barbilla), pero por el contrario la piel se presenta más bien normal y seca en la zona de las mejillas.
- Limpia tu piel en profundidad con un jabón facial suave que respete el pH de la piel para evitar que las zonas secas se irriten.
- Utiliza agua tibia en lugar de agua muy caliente o muy fría.
- Usa cremas libres de aceite, con una textura ligera e hidratante y que contengan un mayor porcentaje de agua que de aceite.
- Elige cosméticos que contengan en su formulación ingredientes con propiedades hidratantes y antioxidantes que eliminen las impurezas y regulen la grasa sin resecar la piel.
PIEL GRASA, CON TENDENCIA ACNEICA
Se caracteriza por producir más sebo del necesario, lo que se traduce en una piel con brillos, tendencia acneica y poros dilatados. Aunque ha algunos factores que condicionan este tipo de piel, como la genética, el estrés y los cambios hormonales, podemos mejorar su aspecto siguiendo una serie de consejos de belleza:
- Limpia en profundidad: es, sin duda, uno de los cuidados fundamentales para este tipo de pieles. Pero no te obsesiones, si la limpias más de lo recomendado (día y noche) puedes estimular la producción sebácea y crear así un efecto rebote.
- Elige cosméticos de textura oil free, fluida y ligera.
- Exfolia el rostro una vez por la semana: te ayudará a mantenerlo bien hidratado y libre de toxinas.
- Evita lavarla con agua caliente: puede hacer que aumente la producción de sebo, favoreciendo así la posible apertura de los poros y la aparición de granitos y espinillas.
- Aplica una vez por semana mascarillas naturales que contribuyan a absorber el exceso de sebo y toxinas, como la formulada a base de carbón activada.
PIEL SENSIBLE, LA MÁS ESPECIAL
Este tipo de piel necesita unos cuidados especiales, ya que es más susceptible a reaccionar frente a algunos factores externos o medioambientales, como el estrés, el aire reseco de la calefacción o la luz UV, y puede mostrar irritación, inflamación, picazón o enrojecimiento.
Si es tu tipo de piel debes saber que la clave de sus cuidados es principalmente reponer el manto hidrolipídico y atender a la formulación de los cosméticos. En cuanto a la rutina de belleza, te detallamos algunos tips para que apliques en tu día a día:
- Limpia la cara con un jabón facial suave y especialmente formulado para pieles sensibles.
- Tras limpiar el rostro, seca la piel con una toalla dando suaves toquecitos, nunca frotando.
- Elige cosméticos con acción hidratante e ingredientes como el ácido hialurónico o la glicerina, por ejemplo, que aportan niveles elevados de agua.
- Usa siempre crema de día que incluya factor de protección solar.
- Utiliza productos sin perfumes, ya que estos pueden causar irritaciones en la piel.
- Elige un exfoliante facial que esté formulado con ingredientes aptos para pieles sensibles.
- Si tu piel se muestra especialmente sensible, acude a un dermatólogo para que pueda aconsejarte lo mejor para ella.
PIEL NORMAL, ¡SIN PROBLEMAS!
Si eres de las que nunca tiene problemas con su piel, ¡enhorabuena! Elástica, suave, con poros pequeños, una tonalidad rosada y buena circulación son algunas de las características de las afortunadas que presumen de piel normal. Pero a pesar de todo, no debes bajar la guardia en su cuidado. Para mantener su aspecto saludable tienes que seguir dándole la hidratación y la protección que toda piel necesita, y además:
- Sé constante con tu rutina de día y de noche.
- Realiza una exfoliación suave una vez por semana para eliminar las impurezas y las células de piel muerta.
- Aprovecha para darte un masaje facial cuando apliques la crema de noche, así estimularás la circulación.
- Cuida el contorno de ojos con una crema específica para ello.